Iberdrola vs EDF Fenice

Partidazo el vivido anoche en Oña Sanchinarro entre dos equipos alegres que no pararon de buscar la portería rival en todo el encuentro. Hubo de todo, incluso un penalti, y el choque estuvo abierto hasta el final.

Las emociones iban a ser fuertes, se preveía, y si no que se lo digan al meta local cuando a los cuatro minutos de juego, EDF Fenice ya le dio el primer disgusto de la tarde-noche. Joaquín Dri aprovechó el paradón del arquero para recoger el rechace, zafarse de un defensor y definir a la perfección por el palo corto. Saltaba la sorpresa en Sanchinarro, pues uno de los favoritos estaba perdiendo.

El respeto entre ambos conjuntos era máximo, ambos querían golpear, pero el riesgo asumido tampoco dejaba ver ocasiones excesivamente claras, de esas que abren partidos y los conduce a la locura. Hasta que llegó el despiste de EDF Fenice, que extravió un balón cuando buscaba construir en campo rival, y dio la oportunidad de correr a Iberdrola. Y claro, Carlos Olmeda no iba a desaprovechar el regalo cuando se vio completamente solo en la frontal, golpeo duro salvando al portero y balón para dentro.

Algo que, por minutos, noqueó a los naranjas y dio alas a los verdes en busca de un segundo gol que les dotara de estabilidad. Pero ese gol no llegó, y los acercamientos se perdían lejos de los tres palos del meta visitante, que veía como, poco a poco, los suyos salían del trance para volver a meterse en la dinámica y el ritmo que el partido requería. Algo que se cortó de raíz cuando el colegiado pitó el final del primer acto, mandando el encuentro al descanso con una igualada muy interesante de ver desde el graderío.

Ahora sí, y ya en la segunda, los visitantes habían vuelto, y con un disparo fortísimo desde la frontal del área, al minuto de juego, el dandy del choque, José Sierra, volvió a golpear con el mazo los intereses de Iberdrola, dejando el shock durante unos minutos a los verdes, que habían hablado de no permitir ese tipo de cosas al descanso, y a las primeras de cambio vieron como no solo habían dejado al mejor jugador naranja disparar, sino que lo había hecho completamente solo, por lo que el 1-2 era una realidad.

Tras esto, el partido se puso en modo correcalles, y ambos equipos nos regalaron un duelo precioso. Las ocasiones caían para ambos lados, las defensas estaban más descuidadas y lo que importaba eran los goles. Y en una de esas jugadas donde la zona de cobertura naranja no fue todo lo contundente que se necesita, Eduardo Jiménez recogió un rechace a la salida de un balón parado y con el interior, suavecito y ajustado al palo, puso las tablas en el marcador de nuevo.

Un golpe de efecto de Iberdrola, que encerró a sus rivales durante gran parte de la segunda mitad, y en un ataque combinado, por banda izquierda, un atacante verde cayó derribado dentro del área para que Fabio, árbitro del partido, señalara penalti.  Adrián Pardo cogió carrerilla, resopló y la mandó para dentro sin pestañear. Los locales estaban más vivos que nunca, y restaban 11 minutos para terminar.

¡Y qué 11 minutos! Electricidad pura, un ritmo endiablado y disparos de todos los gustos. Y por encima de todos, un nombre, el de Carlos Olmeda. El centrocampista de Iberdrola había cuajado un gran partido, pero fue en el tramo final cuando más destacó. Se cargó a la espalda la mochila de su conjunto e hizo suyo el verde de Sanchinarro con un recital de como comandar a un equipo, de verdad, una pasada. Tanto, que poco después del tercero, y con el modo todoterreno activado, robó un balón en salida, disparó de primeras y anotó el definitivo 4-2, para dar a Iberdrola el pase a la siguiente ronda de la Champions.