Iberdrola vs ESM-BNP

Descomunal actuación del portero, que fue un valladar bajo palos, y del delantero, que mantuvo aferrado al partido a su equipo cuando más sufría, bien secundados por Enrique Carreño, que puso el estoque a un choque donde saltaron chispas. Iberdrola cae eliminado de pie.

ESM-BNP ya espera rival como último escollo hacia la final de la Champions. Iberdrola fue su última víctima para pasarse la pantalla de cuartos en un duelo de enjundia, formidable futbolísticamente hablando y tremendamente igualado a pesar de lo que indica el marcador y que hizo más que justicia al atractivo cartel con el que se presentaba. Cada pulgada, cada centímetro, cada segundo valía su peso en oro en un choque vibrante, excitado y frenético desde del comienzo hasta el final. A mil revoluciones, amaneció mejor Iberdrola, tratando de proponer en los minutos de tanteo y con dos llegadas de peligro con un centro venenoso sin rematador de Josué Esteban y un disparo con peligro de Javier Azorín.

Ante el acoso, ESM-BNP encontraba balones de oxígeno con la entrada de un Guillermo Sada que ejercía de boya en ataque para aguantar balones y dar tiempo al despliegue de su equipo. Por si fuera poco, rebosó de talento al anotar el primero con un soberbio derechazo de empeine más allá de la frontal que sorprendió al portero rival cuando peor lo pasaba su equipo. En un choque a cara de perro, de pierna dura y de pocas ocasiones, la calidad marcó el factor diferencial antes de embocar el ‘stand-by’ necesario por el ingente derroche de ambos. La conjura resultó mayor efecto en Iberdrola, que dio una vuelta de tuerca más, si es que se podía, a su intensidad. Sufría ESM-BNP, al que mantenía con vida su portero, Sergio Soria, firme de manos y ágil en el reflejo, iluminado.

La colérica reacción tuvo la fortuna de encontrar el gol, con una jugada de laboratorio cocida en una falta sobre el balcón del área. Juan Pablo Marín sorprendió poniéndola al punto de penalti, donde Adrián Louzo la mandó a guardar a la escuadra de primeras para igualar el partido. Chutazo de moral para Iberdrola, que prolongaba las buenas sensaciones con las que inició el segundo acto y su mejor entrada. Vigorizada su determinación, solo la iluminada actuación de Sergio Soria fue capaz de frenar la manada de búfalos con intervenciones de auténtico mérito, sublimadas en una triple parada milagrosa disparos de Josué Esteban, Javier Azorín y Álvaro Herranz.

Mientras mantuvo con constantes vitales a su equipo, el cambio de sistema del conjunto visitante cambiaba el devenir del partido. Reforzó la retaguardia con un central fijo y dos acompañantes móviles, y destrozó a su rival a la contra. Enrique Carreño firmó el 1-2 con un exquisito golpeo con el exterior para mandarla a la escuadra. Fue el único momento en el que Iberdrola flojeó en el marcaje y lo pagó muy caro. Soria sacó otra mano prodigiosa a disparo de Roberto Mariscal y a la siguiente jugada Guillermo Sada, en conexión mortífera con Enrique Carreño, que le sirvió en bandeja de plata al segundo palo, mató el partido con el tercero rematando a placer.

Ese tercer tanto fue un puñal en el corazón las aspiraciones de Iberdrola. Se palpaba en las caras. Aun así, no cejaron en su empeño y se marcharon arriba en busca de lo imposible, dejando un boquete a la espalda de la defensa. En ese contexto, el palo evitó el tercero de Sada y el cuarto de su equipo. El que sí anotó Enrique Márquez para aumentar de rango su calificación en el envite. Otra vez sacando brillo a su fructífera conexión con Guillermo Sada, que descosió a Iberdrola a la contra, hizo el cuarto echar el candado al billete a semis con otro soberbio golazo con un zurdazo lejano. Otro Carreño, Manuel, dio el manotazo definitivo al envite con el quinto con otro bombazo desde tres cuartos de campo que sorprendió al portero y que puso punto y final a la andadura de un meritorio Iberdrola en el torneo.