PWC vs Inter Madrid

Los tempraneros goles de Armando Marsal y Francisco Montoliú fueron una losa para un Inter Madrid que siempre fue a remolque y aunque acortó distancias antes del descanso por medio de Miguel Viana, en la segunda mitad se quedó sin gasolina y claudicó con el gol en propia puerta de Roberto Jorge. 

Suma y sigue PWC con su espectacular temporada y ya están en semifinales de la Champions de las Empresas. A las puertas de la final le espera el más difícil todavía, todo un campeón del Clausura como Iberdrola, aunque a estas alturas ya no existan favoritos. Le tocó remar y mucho ante Inter Madrid, pero a base de esfuerzo, mucho orden y una gran primera mitad sellaron su pase a la penúltima ronda. No tardaron en ponerse manos a la obra y superaron claramente de inicio a su rival. Se instalaron en campo contrario y tras un par de avisos en forma de disparos lejanos, el abrelatas Armando Marsal allanó el terreno al cazar un balón en el segundo palo en un saque de esquina y batir a Laviña con un potente remate de zurda. Le tocó ponerse los guantes al gran mediocampista blanco y aunque lo hizo muy bien, su equipo le echó en falta en ataque.

Tardó en desperezarse Inter Madrid y es que se vieron muy mermados por las sensibles bajas, sobre todo las de Humberto en portería y Conrado en la medular. Parecían estar esperando la llegada de unos refuerzos que nunca llegaron y cuando quisieron darse cuenta su rival dominaba con claridad y Castejón pudo aumentar la renta pero su volea desde fuera del área se fue alta. Poco a poco fueron mejorando sensaciones y se fueron arriba a buscar a PWC. Los hermanos Viana daban salida desde atrás, Roberto Jorge llegaba a posiciones de disparo en el centro del campo pero faltaban socios a un Ernesto que estaba demasiado solo en la punta del ataque. No le importó a los granotas la mayor posesión blanca y supiraron dar un paso atrás para salir a la contra aprovechando la velocidad de Montoliú, Castejón y sobre todo Marsal en banda derecha.

Y cuando más igualado parecía el choque llegó el punto de inflexión. Ernesto le mandó una patata caliente a Laviña y el provisional arquero intentó hacer de mediocentro en su área sacando el balón jugado, una osadía que penalizó Montoliú recuperando el esférico en la frontal y ajustando su remate a la cepa del palo. Pese al mazazo, Inter tiró de su habitual carácter y rápidamente se rehízo. Miguel Viana se hizo con los mandos y un jugador de su hermano Javi por banda izquierda terminó en el 2-1 después de una buena dejada y su posterior punterazo dentro del área. El gol hizo creer a los visitantes, que fueron mejores en la recta final del primer tiempo pero apenas generaron ocasiones claras. PWC supo aguantar el chaparrón, juntó líneas atrás e incluso amenazó con sendas contras finalizadas por Marsal e Iñigo Prado que desbarató Laviña bajo palos.

Todo hacía indicar que había variado el guión con los coletazos de Inter Madrid pero con solo un recambio, la segunda mitad se les hizo muy larga. Por más que los Viana tocaban en la parte de atrás, no encontraron espacios para penetrar en la zaga liderada por Héctor Perrote. Gran partido del 10 y Muelas en la parte de atrás, liderando una defensa que cada vez fue sufriendo menos. Con espacios PWC fue llegando con más frecuencia al área rival y pudo hacer el tercero con un no-remate de Gonzalo Muelas en su intento de peinar un centro medido de Marsal a balón parado y una surrealista ‘Mano de Dios’ de Castejón que acabó en amarilla por intentar engañar al árbitro. Demasiado descarado.

Con Inter Madrid ya muy cansado y buscando el milagro a balón parado ya casi como único argumento,  llegó el definitivo 3-1. Perrote lanzó a Montoliú por banda derecha y su centro tenso al corazón del área lo remató a su portería Roberto Jorge. Él no quería pero ya estaba Castejón con la caña preparada. Aún quedaba tiempo pero no fuerzas y PWC pudo ampliar incluso el marcador en la recta final. Montoliú y Marsal rozaron el cuarto con sendas contras rematadas junto a los postes y la última bala fue para Roberto Jorge con uno de sus clásicos misiles que despejó con seguridad Íñigo Pascual. No pudo competir Inter Madrid con su equipo de gala y lo pagó muy caro ante un rival que fue mejor, pero la derrota no borra una temporada sobresaliente.