Kuehne + Nagel vs The Cocktail

El córner botado por el ‘19’ de Kuehne + Nagel en el minuto 49, con la ayuda del portero rival, sirvió para desatascar los cuartos de final ante The Cocktail y, por ende, evitar la fatídica tanda de penaltis después de un partido en el que se vivieron hasta dos remontadas diferentes. 

Toma y daca podría ser perfectamente el breve resumen de la eliminatoria. El Recuerdo como plaza de unos cuartos de final que no iban a dejar indiferente a nadie. Kuehne + Nagel, que en octavos eliminó a Savills Aguirre Newman, sería el primero en gozar de ocasiones para abrir la lata. Ni Alberto Fernández primero ni Carlos Minguela después fueron capaces de remachar un balón que quedó muerto en una melé formada dentro del área. Luego sería Rubén Portela el encargado de soltar un zurdazo que, sin embargo, se marchó desviado. Pero, como suele ocurrir, si perdonas tanto… Lo acabas pagando. Y así fue. La primera que tuvo The Cocktail la mandó a la cazuela. Jugada en dos sencillos pasos: envío en largo de Daniel Pastor y Álvaro Sáez, con la punta de la bota, desvió lo justo el balón para batir a Francisco López y firmar el primero de la fría noche madrileña. Lo mejor de todo es que, poco después, Chechu Tsvetozar sería el protagonista del 0-2 para el cuadro verde. Bajó un balón con nieve y, sin apenas tiempo para reaccionar, latigazo con su pierna izquierda para batir por bajo al portero rival.

Tras ese tremebundo varapalo para el conjunto local, que, tras dominar y tener las oportunidades más claras, se veía por debajo en el marcador, llegó la reacción. De forma fulgurante. Resurgidos cual ave fénix, llegaría el empate en dos zarpazos. Primero con Alberto Fernández, que recogió un rechace dentro del corazón del área, regateó a Pastor con una croqueta, y anotó para los suyos. Para, poco después, Portela, casi sin querer, conseguir la igualada en el luminoso. 10 minutos de partido y ya había cuatro goles. ¿Qué más se podía pedir? El espectáculo estaba garantizado. Eso sí, antes de llegar al descanso, The Cocktail pudo volver a adelantarse con hasta tres disparos distintos. Una falta lejana de Álvaro Sáez, que despejó cual portero de fútbol sala Francisco. Otra de Jorge Jiménez, la cual se fue por encima del larguero. Y una última de Chechu, que fue uno de los futbolistas más activos del cuadro visitante durante los 50 minutos de la eliminatoria.

Pero sería Kuehne + Nagel quien daba los primeros mordiscos al luminoso en la segunda mitad. Tras el silbatazo del colegiado, Minguela empaló un balón caído del cielo para colar el balón entre las piernas del portero y arrancar con el pie derecho los segundos 25 minutos. Así, el conjunto azulón se situaba por vez primera por delante en los cuartos de final. Tenían en sus botas el billete a semifinales. El cual iban a rozar con la yema de los dedos instantes después. Gonzalo Pérez se adelantó a la salida de un córner para, con su zurda de oro, ponerle una rosca perfecta, de fuera hacia dentro, y que el balón se colase por la mismísima escuadra de la portería. Ahora sí, golpetazo sobre la mesa de los locales con el 4-2 y con las sensaciones de que el partido lo tenían más de cara que nunca.

Fue aquí cuando apareció una de las estrellas del partido: Francisco López. El portero local comenzó a dar un auténtico recital de paradas para evitar a toda costa que The Cocktail se acercase. Cosa que, al final, terminaría cayendo por su propio peso. Hugo Vidal, en modo Patrick Mahomes en la Super Bowl de los Kansas City Chiefs, se echó su equipo a la espalda. Quería jugar las ‘semis’ sí o sí.  Y, por lo pronto, logró empatar el duelo de un momento a otro con dos golazos. Amagó con el disparo primero para, después, sacarse un chut imparable con la pierna izquierda. 4-3 que pasaría a ser un 4-4 en la jugada postrera. De nuevo, Vidal en la ecuación de la jugada. Balón filtrado a la espalda de la defensa que éste aprovechó y clavó la igualada con una ligera y deliciosa vaselina para sobrepasar los esfuerzos de Francisco. Toda esta remontada a poco más de cinco minutos del final y, por ende, de llegar a la lotería de los penaltis. Pero, como reza el dicho, hasta el rabo todo es toro. En la última jugada del partido, con Gonzalo Pérez al servicio de un saque de esquina, no se le pasó otra cosa por la cabeza que pegarle en busca del gol olímpico. Y fue esa noche en la que los astros, y la suerte, se alinearon para regalarles el gol de la clasificación. El meta de The Cocktail falló en el blocaje del balón y se introdujo dentro de la portería. 5-4 final y Kuehne + Nagel consiguió el heroico pase a semifinales, donde les tocará enfrentarse a EDF Fenice.