J3 – Credit Agricole vs Openbank

Los visitantes, que se fueron al descanso con desventaja de 2-1 por culpa del doblete de Pablo Company 10 primeros minutos, consiguieron darle la vuelta al marcador en un final tan agónico cómo épico. Nunca perdieron la calma ante unos rivales que se desinflaron, incapaces de hacer buena su renta inicial.

Las cosas no son como empiezan, si no como acaban. Una lección de vida que, cómo no, es totalmente aplicable al fútbol. Con el carácter, la calma y la insistencia necesaria cualquiera puede dar la vuelta a una situación, por muy negativa que sea. Esta es la lección que nos dejó Openbank en su enfrentamiento contra Credit Agricole. Ellos consiguieron levantar un marcador adverso a base de esfuerzo y convención, confiando totalmente entre los compañeros.

Y eso que la situación no invitaba al positivismo para nada. En el minuto 3 de partido Credit Agricole abrió el marcador con un tanto de Pablo Company. El ‘17’ demostró durante todo el encuentro lo que significa ser un líder y tiró de los suyos todo lo que pudo y más. Así lo demostró inaugurando su cuenta personal en la primera jugada que tuvo. Los locales habían entrado en el partido de lleno y sabían que tenían que aprovechar esos primeros minutos de confusión de Openbank para hacerle todo el daño posible. Así que, sin más entretenimiento, y tan solo 4 minutos después, Pablo Company puso el 2-0 para lo suyos aprovechando el rebote de un larguero que el mismo había provocado.

A partir de ahí los visitantes despertaron y empezaron a tener el balón, lo que fue restaurando su confianza. Al principio intentaron hacer daño a sus rivales con tiros muy lejanos, pero García Rueda demostró que a un portero de su talla no es fácil pillarle desprevenido a esa distancia, por lo que su plan pasó a ser realizar posesiones largas para mover a la defensa rival y buscar situaciones de disparo dentro del área. La idea requería tiempo y tranquilidad, dos conceptos que cuando vas perdiendo son indirectamente proporcionales. Openbank se había puesto el mono de trabajo y estaba picando piedra, pero la defensa de Credit Agricole demostraba una resistencia admirable. Sin embargo, esta implicación atrás le estaba restando cada vez más protagonismo ofensivo a los locales, que redujeron su producción arriba a balones parados.

El desarrollo del partido parecía que iba a estar marcado por el tiempo que tardase Openbank en inaugurar su cuenta personal, si es que lo conseguía. Y al final, como invitaba a pensar la dinámica del encuentro, el gol acabó llegando antes del final de la primera parte. En el minuto 22 Guillermo Torrego cabeceó de manera magistral un gran balón a la espalda de la defensa, surtido por Jorge Suarez. El descanso llegó con este 2-1 en el marcador y con la sensación de que el segundo tiempo se le iba a hacer muy largo a Credit Agricole y muy corto a sus adversarios.

Por eso, sin más tiempo que perder, Openbank comenzó la segunda parte a un ritmo altísimo. La pelota circulaba muy rápido entre sus jugadores, que no se desesperaban a pesar de la frustración que supone chocarse de cabeza constantemente contra un muro. El cansancio físico no parecía aparecer en Credit Agricole que seguía aguantando las posesiones eternas de su contrario sin descolocarse ni abrir espacios. Los locales parecían más cerca de su misión. Incluso estaban empezando a llegar a la portería rival, sin embargo, una jugada de rebotes les condenó. A la defensa le faltó contundencia para despejar una pelota que acabó en la esquina del área pequeña en las botas de Francisco Castellano, quien no dudó y batió al portero por su escuadra. El 2-2 parecía tener un solo futuro: el 2-3, y así fue. En el minuto 45, Guillermo Torrego completó la remontada, y su gran partido, empujando el balón en el segundo palo. Credit Agricole remó y trabajó muchísimo para morir en la orilla, aunque el trabajo de Openbank también hubiese quedado sin recompensa si no hubiese logrado el tercer gol. El despligue ofensivo de los visitantes solo se pudo comparar con el defensivo de los locales. Una pena que en el fútbol no puedan ganar los dos.