Bain & Company vs Robert Walters Group

En un partido muy disputado en el que apenas hubo goles, un detalle exquisito de Daniel Portillo dio la victoria a Bain&Company por 1-2. Antes, Hugo Shipsey y Pablo Fernández ya habían inaugurado el marcador.

El partido entre Bain&Company y Robert Walters demostró a los aficionados de la Corporate Cup que no siempre tiene que haber un carrusel interminable de goles para presenciar un partido intenso y disputado. El duelo entre dos equipos sirvió fue digno de mitad de temporada, en donde los equipos están más rodados y la fluidez del juego es muy alta. Por las disputas, los duelos y las ocasiones, en ningún momento pareció estar viviéndose el primer partido de pretemporada para ambos conjuntos que ya han demostrado su potencial de cara a la temporada regular que está a punto de comenzar.

El encuentro fue claramente de menos a más. Tras el pitido inicial del colegiado, ambos equipos se mostraron un alto respeto y prefirieron guardarse bien sus posiciones para no sufrir demasiado en defensa, dejando espacio atrás que pudiera ser aprovechado por el otro equipo. La tónica de Robert Walters era clara: balones en largo para que su delantero, Carlos Afán, bajase el balón y a partir de ahí empezar a jugar. Fue de los más activos de su equipo durante todo el partido, pero se marchó de los campos de Trivema Naval sin ver portería. Bain&Company, por su parte, prefirió un juego más elaborado, con más toque, para tratar de desgastar una defensa del conjunto de verde que estaba muy sólida en el césped.

Cuando el descanso estaba destinado a terminar con el empate a cero en el marcador, apareció la cabeza de Hugo Shipsey para embocar a gol un córner lanzado desde la parte derecha del ataque de Bain&Company. Casi de manera tímida, con no demasiada intención, acertó el jugador inglés para hacer un gol en un minuto privilegiado, justo antes de que el colegiado decretase el final de los primeros veinticinco minutos.

Al regresar del descanso, a Rober Walters no le quedó otra que apretar los dientes y adelantar líneas para presionar la salida de balón de rival y aprovechar una pérdida para poder igualar la contienda. Tardaron un cuarto de hora en que su táctica surgiera efecto, pero finalmente, Pablo Fernández aprovechó un fallo clamoroso en la salida de balón desde el propio área del conjunto de rojo, para robar el esférico y con un disparo potente y seco, empatar la contienda.

Todo parecía hacer ver que se abriría un nuevo escenario en el partido, con ambos conjuntos teniendo diez minutos para dibujar de nuevo sus cartas y ver de qué forma podían hacerle daño al rival. Sin embargo, pocas jugadas después del tanto del empate, apareció la magia de Daniel Portillo. En una de las largas jugadas de Bain&Company, el balón le llegó al atacante local tras un buen pase de Hugo Shipsey. Ahí, Portillo no perdonó. Sacó a relucir su olfato goleador y, cuando parecía que no tenía cómo rematar porque el balón había caído hacia su pierna menos hábil, se inventó una rabona que engañó a todo el mundo y colocó en el electrónico el definitivo 1-2 que le dio la victoria a Bain&Company.

Lo intentó con todo Robert Walters, pero el cansancio ya era notorio y lo buscaron con más corazón que con cabeza y habilidad. Estuvieron cerca con un remate al larguero de Carlos Afán, pero el delantero de los de verde estuvo gafado en los cincuenta minutos y salió del partido sin encontrar portería. Tras el pitido final y con la victoria de Bain&Company por 1-2, el cuadro de rojo ya se ha convertido en equipo de cuartos de final de la Corporate Cup.