J2 – Escuela Europea vs Cabot

La vigorosidad visitante superó al temple local. Tres goles de Carlos Muñoz, Óscar Ruiz y Andrés Rodríguez sentenciaron al comienzo de la segunda mitad. Tomás Vicente le puso picante, pero Jonathan Fernández asestó el estoque definitivo. David López maquilló el marcador.

Cabot se valió de su dominio físico y poderío goleador para encaramarse a lo más alto del Grupo 6. En un duelo de antagónicas propuestas, se cruzaron dos llamados a pelear en la cumbre. Si el envoltorio era atractivo, el interior no defraudó. Fiel a sus estilos, chocaron la energía y la verticalidad de Cabot, con la sesuda proposición de Escuela Europea, más abocada a la elaboración que a las embestidas. Reflexión contra acción, donde finalmente acabó inclinando el partido lo de siempre: la pegada. Algo de lo que hizo gala el bloque visitante y careció el local.

La igualdad se hizo patente en el comienzo, acumulando ocasiones cada uno a su manera. Atacaba Cabot en oleadas. Jonathan Fernández y Carlos Muñoz, que estrelló un primer balón en la madera, comandaban las cargas de Cabot. Le costaba frenar ese enjambre de abejas a Escuela Europea, que, sin embargo, era capaz de atender dos frentes a la vez. Sin destaparse del todo los pies, lograba tirar de la manta con zarpazos espontáneos. Álvaro Argüelles anduvo cerca del gol con un disparo raso que se perdió por poco y Tomás Vicente empezaba a escribir la dicha de su equipo con un mano a mano marrado.

Acechaba Cabot, como lo hace el cazador a su presa, y no tardó en propinarle la primera dentellada. Iba a ser el más tenaz. Carlos Muñoz, con un gran disparo a la media vuelta para poner a su escuadra en ventaja. Pudo, incluso, doblar la ventaja con una vaselina de maestro tras pinchar un balón que cayó con nieve. Paradójicamente, lo que le faltaba a uno le sobraba al otro. Le faltaba calma a Cabot. Echaba en falta algo de mordiente arriba Escuela Europea. Esa que le caía de los bolsillos a los verderones, que, haciendo alarde de ello, mandarían el partido al ‘stand by’ con el 0-2 en una acción de pillo de Óscar Ruiz al adelantarse en un saque de banda y sortear la salida del portero con un toque sutil.

Siguieron pintando bastos para Escuela Europea, que recibió otra cornada cuando Andrés Rodríguez convertía el 0-3 remachando su propio primer remate fallido. El tanto fue una daga en el corazón para los rojillos, que veían con frustración cómo Cabot manejaba el timón del partido con suficiencia, jugando con el resultado. Consiguió recortar distancias con un centro de Tomás Vicente que se envenenó hasta acabar en el fondo de las mallas.

Solo marcó cuando no quería. Gran parte de culpa la tuvo una defensa de titanio de Cabot, con las fisuras aún por descubrir. Quedaron para lucimiento propio los minutos finales. Ahí, Carlos Muñoz completó su doblete de palos. El que sí acertó fue Jonathan Fernández, con un misil tierra-aire desde la media luna que acabó por poner el punto final al partido. O seguido, mejor dicho, ya que Escuela Europea maquillaría el marcador, algo más acorde a la fisonomía del envite, gracias a un tiro cruzado de David López.