J3 – Clicars vs Scalefast

Honor a los visitantes que plantaron cara durante los 50 minutos pese a ser solo 6 jugadores. Scalefast puso a Clicars contra las cuerdas y a punto estuvieron de haber provocado la sorpresa de la jornada si nos ceñimos al contexto del choque.

Sorpresa en La Elipa nada más llegar y realizar la cogida de fichas, ya que el conjunto visitante iba a comenzar el duelo con tan solo 6 efectivos, a la espera de un último hombre que nunca llegó en la ayuda de sus valientes compañeros. Y digo valientes porque desde el pitido inicial no se amilanaron y, defendiéndose como era lógico y previsible, arrancaron 50 minutos de heroicidad.

El partido se desequilibró demasiado temprano para los intereses de Clicars, y no porque recibiera un gol en contra, si no porque el testarazo de Juan Pérez hizo que sus cabezas pensaran que iba a ser un paseo, y el ritmo alto que estaban imprimiendo los azules, descendió considerablemente tras ese arranque fulgurante, algo que iba a aprovechar Scalefast para adelantar un poquito las líneas y buscar con alguna salida rápida la meta rival. Y fue David Costa quien puso luz en el camino de los blancos con un disparo fortísimo desde más allá de la frontal para colocar el empate y dejar claro a sus oponentes que de paseo vespertino nada.

Es más, poco después de ese gol, Costa volvió a tener otra desde su campo, cuando cargó la pierna y soltó el latigazo al ver al meta adelantado, pero el balón terminó repelido por la manopla salvadora del muro de Clicars. Estos dos avisos volvieron a despertar a los locales, que dejaron los miramientos y apretaron los dientes, encontrando el premio del gol en un disparo lejano de Félix Blanco imposible de taponar. Algo que dio tranquilidad a los azules, pero no tanta como cuando, en la última del primer tiempo, Javier Sabina colocó el tercero en el luminoso y mandó a los suyos con dos goles de distancia.

El segundo acto pintaba a goleada, ya que el cansancio parecía haber hecho mella en las piernas visitantes al término de los primeros 25 minutos de juego, pero la realidad, en muchas ocasiones, nada tiene que ver con el sentido común, y Scalefast pareció ser el equipo que contaba con un activo más. De esta forma, a los dos minutos de que el balón echara a rodar de nuevo, Thomas Hanley logró revolverse dentro del área para fusilar y poner a creer a todos aquellos que no pensaban que fuera posible.

Imaginen como fue el comienzo blanco que, en cuatro minutos, le dieron la vuelta a la tortilla colocando el empate, otra vez obra de David Costa inspirado en los últimos metros. Qué bonito es creer y qué bonito es ver a un equipo luchar ante la adversidad, por eso puede que el tanto de Javier Sabina al poco de empatar afectara tanto al ánimo de los chicos de Scalefast, que acababan de hacer un gran esfuerzo y veían como el plan se truncaba de nuevo a las primeras de cambio. Clicars buscaba matar el choque a falta de 15 minutos, cuando Juan Pérez anotaba su doblete con un disparo potente para colocar una distancia que, ahora sí, parecía insalvable. Pero ya saben, no está muerto quien pelea, y la escuadra foránea se fue con todo arriba en busca del milagro.

Estas cosas que tiene el balompié, lo llamaremos los caprichos del dios del fútbol, que se empeña constantemente en escribir guiones de película que van directamente a los Óscars, o eso pareció anoche cuando de nuevo Costa aprovechó un balón muerto en el área para presentar el interior y fundirla en el fondo de la red. Los dos minutos que quedaban iban a ser vibrantes, y lo fueron hasta que Raúl Casla cerró la porfía con un tanto que hizo que la diferencia se volviera excesiva con 30 segundos por jugarse. Así que al final, Scalefast remó para morir en la orilla, y Clicars aprendió que no hay rival pequeño ni poco numeroso si no lo das todo en el verde.