F2-J1 – BBVA vs Solute

Un enérgico inicio de Solute, con dos tantos del ‘12’ en los primeros cinco minutos, finiquitó un duelo gestionado con solvencia por los azules, que no se inquietaron ante el gol de David Molina tras la reanudación. Álvaro San Emeterio sentenció para un equipo que suma su primer triunfo en la segunda fase del Torneo Apertura. 

Primera pantalla pasada para Solute, que desprecintó su aventura en la segunda fase del Torneo Apertura con una victoria que le inyecta una dosis de considerable ilusión y optimismo. Tras una primera entrega de la competición algo discreta, el bloque azulón se puso el mono de trabajo y bajó al verde con tremenda determinación para liquidar el partido por la vía rápida para darse una alegría. Vaya que si lo consiguió. En prácticamente cinco minutos, ya había coloreado un choque desprovisto de cualquier guion por la intensa lluvia con sus tonalidades. Dos mordiscos exprés de Carlos Pavía, en apenas cinco minutos, desdibujaron el plan de un BBVA sobrante en energía, pero sin mando ni rumbo que se estrelló contra un muro.

No habían puesto ni las porterías cuando Carlos Pavía engendró otro partido con un gol a la salida de un córner. Control y golpeo con el interior dentro del área para desnudar las carencias en el marcaje de un BBVA que, como el tiempo, entró frío y mojado. Aún duró la desconexión, con los amarillos desorientados y en plena búsqueda de plan, con el ‘12’ de nuevo metiendo el dedo en la herida con el segundo. De nuevo recibió, la pinchó con el muslo y cruzó al palo largo con un elegante golpeo de interior. Trató de ir a buscar a su rival y morder arriba BBVA, pero Solute impuso su lucidez en la circulación de balón, lo que provocó un enorme gasto en el cuentakilómetros amarillo. Por tanto, una reacción tan plausible como desavenida.

Hasta un disparo cruzado de Andrés Rondán y otro de Javier Corredor no tuvimos noticias ofensivas de BBVA, al que le costó desplegarse y se le vio ofuscado en los metros decisivos. Consiguió desquitarse en cierta manera del dominio rival y dejó en stand by su tentativa de desplegarse por el intermedio. Pero seguía teniendo la espada de Damocles sobre su cabeza, ya que Federico de Peralta pudo sentenciar de no haber marrado una excelente triangulación a la contra.

Estirando el mantel, se encontró BBVA tras la reanudación con una miguita. Un despiste en la elaboración de la jugada desde atrás lo condenó David Molina, vigilante como un buitre. Olió el fallo, robó y sorteó la salida del portero rival con un disparo cruzado. Parecía pintar un nuevo horizonte de partido, pero Álvaro San Emeterio apagó cualquier conato de incendio con un saque directo que fue una daga a las aspiraciones amarillas. El tanto echó dos cazos de suavizante a un partido de gominolas y que sirvió para poco.  Solute fortificó su zaga y consiguió trasladar el choque a la orilla de la intrascendencia a pesar de la continua pujanza de un BBVA de moral de hierro. Los minutos pasaron y los tres puntos se anotaron en el casillero del cuadro visitante.