J5 – Autocontrol vs CLH CCI

Victoria merecida aunque sufrida de la escuadra publicitaria, que logró remontar el tanto inicial de los blancos pero se durmió en la recta final y a punto estuvo de ver como se le escapaba la victoria. El 4-3 final les permite salir del pozo y ceder el farolillo rojo a CLH. 

Ambos llegaba a esta última jornada empatados a tres puntos y con la misión de evitar el título honorífico de ser el colista del grupo 7. Fue Autocontrol quién mejor saltó al terreno de juego y dominó prácticamente de cabo a rabo la primera parte. Suyas fueron las mejores y casi únicas ocasiones pero curiosamente fue CLH quién se fue mandando al descanso. Y es que los blancos se encomendaron a un David Aparicio que detuvo todo lo que llegó a su portería. José Manuel Martín fue quién primero calentó las manoplas del arquero con un disparo desde la frontal que el 25 despejó con apuros.

Mario y Antonio Fernández llevaban la manija del juego azulón y pronto el choque se convirtió en un frontón sobre la portería de un CLH que permanecía agazapado a la espera de cazar una contra. Javier Fernández y Alan Vallejo probaron la resistencia del meta blanco, que se lució de nuevo con una doble parada abajo. El propio Alan volvió a toparse con el despeje del muro Aparicio y Mario no atinó a la segunda con un cabezazo que se marchó alto.

A CLH le costó mucho hilvanar su juego y es que la presión azulona hizo que apenas pudieran sacar el balón jugado y tuvieron que optar por saltarse el centro del campo y buscar balones en largo para un Olaya que estaba demasiado solo arriba. Fue tras un nuevo paradón de Aparicio a cabezazo de Alan cuando CLH encontró petróleo en mitad de la nada. Y es que un remate fallido de Olaya en el minuto 20 llegó a pies de Pablo Martín, que solo tuvo que empujarla dentro del área chica. Jugada trabada donde las haya, pero el gol valió oro después de tanto sufrimiento.

Fue una bocanada de aire para unos blancos que creyeron aún más en su táctica y se dedicaron a achicar balones hasta el descanso. Y en el otro área era Aparicio quién hizo bueno el gol frenando el potente disparo de Pedro Criado. Encontraron el gol antes que el fútbol, pero su resistencia les dio resultado.

Pero era cuestión de tiempo que el muro terminase cayendo. Autocontrol subió aún más sus líneas tras el descanso y en la primera que tuvo, atinó a dar en la diana. Alan Vallejo dejó de tacón a Criado en una buena jugada en el balcón del área y el 14, esta vez si, cruzó el balón con éxito. Todo llega decían los azulones y vaya si llegó, porque de nuevo apareció Alan para sacarse un as de la manga en forma de misil directo a la escuadra para poner el 2-1. Estuvo magistral el 17, no solo trabajando en el centro del campo, sino haciéndose con los mandos entre líneas.

Apenas había noticias de un CLH que seguía defendiéndose como podía y buscando balones largos, y es que nadie bajaba a recibir para llegar a posiciones de disparo con ciertas garantías. Tan solo Pablo Martín inquietó la meta azulona con un libre directo que se marchó rozando el palo. El premio a la insistencia de Autocontrol se reflejó en el 3-1, en una jugada de fuerza de Miguel Ángel Pérez, que se llevó dos rebotes por fe y remató de puntera dentro del área. Y a falta de diez minutos Aparicio no dio para más y tras despejar un disparo de Alan desde el centro del campo, apareció Pedro Criado para fusilarle a bocajarro.

Parecía que CLH ya no tenía gasolina en sus depósitos y quizás por ello Autocontrol se confió y bajó el ritmo en la recta final. Pero nada más lejos de la realidad y es que en diez minutos que restaban, los blancos atacaron más que en todo el partido. Les cambió el chip y se volcaron arriba en busca de la machada. Pablo Martín puso la primera piedra para la remontada con el 4-2, al finalizar una buena jugada con un disparo desde la frontal. Y dos minutos más tarde el propio Pablo metió el miedo a los azulones con un zurdazo desde la frontal que les ponía a tiro de uno.

Restaban dos minutos y los publicitarios perdieron su ‘autocontrol’, viéndose obligados a achicar aguas después de tener la victoria en sus manos. Y el empate no llegó de milagro, porque un saque de banda a la olla fue rematado sobre la bocina por Pablo Martín y el balón salió rozando el larguero. Victoria por la mínima de los azulones, que tuvieron que frotarse los ojos para despertar de la pesadilla final.